Arquitecto: Kumpulan Jetson
El pabellón de Malasia se encontraba situado en la Avenida Uno o del Agua, actual calle Tomas Alba Edison, junto a los pabellones de Tailandia, Singapur e Indonesia, conformando una pequeña plaza junto a los pabellones de la Asean (Asociaciones de Naciones del Sureste Asiático).
El país asiático, que invirtió en su pabellón alrededor de setecientos millones de pesetas, usó la Expo como escaparate al mundo de sus principales recursos: la industria maderera, de caucho, el turismo y sobre todo su coche nacional: el Protom Saga.
El edificio, que ocupaba una superficie de 653 metros cuadrados, contaba con una clara inspiración de la arquitectura de su país, destacando por sus colores blanco y azul.
El recorrido del visitante era a la inversa, comenzando en la tercera y última planta y terminando en la planta baja. En la primera sala el contenido giraba en torno a la capital malasia, Kuala Lumpur, donde mediante fotografías se podía conocer más acerca de su industria, fiestas, rascacielos y comercio local, así como una reproducción a escala del edificio del sultán Abdul Samad.
El edificio, que ocupaba una superficie de 653 metros cuadrados, contaba con una clara inspiración de la arquitectura de su país, destacando por sus colores blanco y azul.
El recorrido del visitante era a la inversa, comenzando en la tercera y última planta y terminando en la planta baja. En la primera sala el contenido giraba en torno a la capital malasia, Kuala Lumpur, donde mediante fotografías se podía conocer más acerca de su industria, fiestas, rascacielos y comercio local, así como una reproducción a escala del edificio del sultán Abdul Samad.
En la misma planta, se contaba la historia de Malasia, pasada, presente y futura, a través del "túnel cultural del tiempo" donde se reproducía a escala la fachada del pabellón. Bajando hacia la segunda planta, las distintas industrias nacionales tenían su espacio expositivo donde se mostraban productos de exportación del país, además de una reproducción en miniatura de un bosque artificial.
La primera planta estaba presidida por el Proton Saga, un automóvil de cinco puertas y fabricación malaya. Doce pantallas mostraban la fabricación del modelo y sus características. Por último, en el teatro del pabellón, ambientado en un bosque, se proyectaba un vídeo sobre los paisajes más característicos de Malasia.
Finalmente, y como el resto de pabellones asiáticos que le rodeaban de carácter efímeros, fue derribado tras el cierre de la Muestra en el primer mes de 1993.
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