PABELLÓN DE LA RIOJA

Arquitecto: Raúl Gonzalo Zarandona y Julián Torres Castillo


El pabellón de La Rioja se encontraba en el Camino de Andalucía, entre los pabellones autonómicos de Cantabria y de Murcia y frente al Lago de España de la Exposición Universal.

La participación de la comunidad riojana estuvo en entredicho debido a la no financiación del gobierno central para la construcción y el montaje de los contenidos de los pabellones autonómicos. Finalmente, y gracias a la financiación privada por parte de la bodega riojana Bodegas Campo Viejo, la comunidad autónoma confirmó su participación en Expo'92 en junio de 1990 con un presupuesto total de seiscientos millones de las antiguas pesetas.

El proyecto, de dos arquitectos riojanos, estaba compuesto por un edificio sobrio, claro y elegante sobre una superficie de 1.883 metros cuadrados. El interior se dividía en una planta baja, tres plantas y un semisótano, que incluía una bodega. 

El acceso, que se realizaba a través de un pequeño puente, daba paso a la planta baja, donde el contenido estaba protagonizado por un facsímil de las "Glosas Emilianenses", uno de los libros más importantes y antiguos de la historia del castellano.

En varias vitrinas, el visitante podía observar huellas conservadas de dinosaurios que poblaron el territorio de La Rioja, haciendo patente la importancia de los yacimientos arqueológicos que se encuentran en esta zona de España. Es por ello que la mascota oficial del pabellón fue "Dino", un dinosaurio de aspecto jovial y alegre. Así mismo, destacaban las vitrinas donde se exponían piritas cúbicas y se mostraba la riqueza en minerales de esta tierra.

En la primera planta, cobraban protagonismo las muestras de la gastronomía riojana: conservas, vino... además de muestras de la artesanía e imágenes de paisajes de la zona. A continuación, en una sala de proyecciones se exhibía una película de 12 minutos de duración donde se mostraba la historia de la región.

La ruta finalizaba en una bodega típica ubicada en el sótano donde se mostraban aparejos y máquinas antiguas relacionadas con la elaboración del vino, barricas de roble americano y numerosas botellas, así como exposiciones de las distintas bodegas de la región, que se turnaban por semanas.

Tras la clausura de la Muestra Universal, el gobierno riojano vendió el pabellón a Cartuja 93 por el precio simbólico de un "Ecu" o 139 pesetas al cambio y se integró en el recién inaugurado parque temático Cartuja. El Parque de los Descubrimientos donde se reinauguraría como "Memorias de la Expo", donde se mostraban contenidos expositivos alrededor de lo que fue Expo'92 con diapositivas y una película sobre el origen de la Exposición Universal.

Como la mayoría de pabellones autonómicos, fue demolido en el primer trimestre de 1998 para hacer hueco a la ampliación del parque temático Isla Mágica.

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