PABELLÓN DE EUSKADI

Arquitecto: Luis Angoloti y Apolinario Fernández de Sousa


El pabellón de Euskadi o del País Vasco estuvo situado junto al Camino de Andalucía entre los pabellones de Cataluña y la ONU, frente a lo que fue el Lago de España. Actualmente su solar forma parte del aparcamiento del parque temático Isla Mágica y en su parcela reposan algunos restos de la cabalgata de Expo'92.

El edificio, de formas simples, representaba vagamente un caserío típico vasco donde los colores de la bandera vasca lo convertían en una gran ikurriña de vidrio que se iluminaba por completo al caer la noche.

De carácter efímero, el pabellón y su contenido giraban en torno a la historia del País Vasco con el continente americano en su exposición "Los vascos y América". En ella, el visitante podía admirar desde un ballenero vasco del siglo XVI encontrado en tierras canadienses hasta una exposición de figuras de personajes ilustres como Juan Sebastián Elcano (de origen vasco) o Simón Bolívar.

El éxito del pabellón vino de la mano de su atracción principal: un cine con pantalla 360 grados y capacidad para 150 personas que proyectó durante aquellos seis meses la premiada película "Mi País Vasco", donde los visitantes visionaban de pie durante sus 8 minutos de duración una muestra de la Euskadi actual, moderna y tecnológica de 1992.

El Regreso de Casto Solano
En su exterior, el edificio estaba presidido por "El regreso", escultura de bronce realizada por Casto Solano, también creador de "El torero" del Pabellón de España. Esta escultura representaba un pescador volviendo a casa de la mano de su hijo y, tras la clausura de la Muestra, el gobierno vasco la adquirió para emplazarla en el puerto de Bermeo, en Vizcaya, en septiembre de 1995.

En noviembre de 1992 el País Vasco decide vender por el precio simbólico de una peseta el pabellón a Cartuja 93 y al año siguiente se incorpora el edificio como atracción en el recién inaugurado parque temático Cartuja. El Parque de los Descubrimientos con el nombre de el "Cinematógrafo". 

Como la mayoría de pabellones autonómicos y, pese a la simplicidad de su construcción, fue demolido para acometer las obras de ampliación del aparcamiento e instalaciones del parque temático Isla Mágica en 1998.

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