Curro. El pajaro alocado que vino para quedarse


4 de marzo de 1989. El desaparecido periódico Diario 16 mostraba en primicia una imagen del diseño definitivo elegido para la mascota de la Exposición Universal de 1992. La foto mostraba un extraño pájaro, de pronunciada cresta con los colores del arco iris. A simple vista, el diseño poco tenía que ver con la ciudad o con la temática del certamen. La lluvia de críticas estaba servida.






El concurso, organizado por la Sociedad Estatal para elegir la mascota y acontecido en enero de 1989, decidió convocar a veintitrés artistas y dibujantes de talla mundial, de los cuales, sólo tres acabaron finalistas: el checo Heinz Edelmann, y los españoles Miguel Calatayud y Antonio Mingote.


Heinz Edelmann (Labem 1934-Stuttgart 2009), definitivo ganador, era considerado “uno de los grandes del grafismo europeo, abarcando numerosas facetas profesionales en este campo”, así mismo, su participación en la película de los Beatles “Submarino amarillo” de 1968, daba al checo, afincado en Alemania, una posición aventajada.

Su producción gráfica era caracterizada por “un estilo geométrico de raíz feista y estética posmoderna”, la cual había inspirado a artistas como Javier Mariscal, autor de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona.

  Primera imagen de Curro aparecida en Diario 16.
   Además, tanto el propio Edelmann como el alicantino Miguel Calatayud, también finalista, tenían ya relación con la ciudad anfitriona, puesto que habían participado tiempo antes en el último número de Rumbo sur, una revista sevillana dedicada al mundo del cómic.
    Al conocerse el fallo del concurso, la nota polémica la puso el humorista y dibujante madrileño Antonio Mingote, que al ver que su obra había sido relegada al último lugar, presentó sus quejas al consejo organizador alegando que “entiende que su mascota ha sido preterida y que la Expo ha violado las bases del concurso con su elección de finalistas”, lo que bajo su opinión, afectaba a su popularidad, y por lo tanto, le llevaba a retirar definitivamente su creación.

La presentación oficial de la nueva mascota se produjo, para enfado de muchos, el 14 de marzo en el Centro de arte Reina Sofía de la capital madrileña, acto en el que estuvo presente el por entonces comisario de la Muestra D. Manuel Olivencia. La reunión estuvo marcada por un cortometraje de unos 40 minutos donde el dibujo de Edelmann cobró vida animada. A través de un comunicado, el alcalde Manuel del Valle transmitió su disconformidad con respecto a la celebración del acto oficial en Madrid y no en la ciudad anfitriona. Sevilla tendría que esperar casi un mes para presentar a su propia mascota.
"Caballo cartujano" de Calatayud.

Diseño de Antonio Mingote "El Angel"
   De la siguiente manera, el artista checo explicó ante los medios el significado de los diferentes elementos de su dibujo, “ el arco iris que colorea el penacho de plumas del pájaro quiere significar el ingenio humano, en tanto que la nariz, también de colores, representa una nariz”, así mismo, en su conjunto pretendía la “búsqueda de algo que pudiera simbolizar las exposiciones universales y todas las culturas”.
    Preguntado por el nombre ideal para bautizar su creación, Edelmann admitió que “Después de Colón, mi primera elección fue Francis como mi perro, pero no era un buen nombre”. Es por ello, que finalmente la organizadora, decidiera el definitivo nombre de Curro, el popular apelativo familiar de Francisco.
   La figura no pasó desapercibida para los sevillanos. La gran mayoría “alababa su diseño y la simpatía que despierta, al tiempo que se le reprocha la escasa presencia de elementos que permitan reconocer la ciudad sede de la Exposición Universal”
 Otros, principalmente viandantes y turistas, llegaron a definir a la mascota como “bicho y mamarracho” Cuestionado por la figura, el pintor sevillano Antonio Agudo, opinaba que “Es uno de los típicos diseños que pueden valer para cualquier cosa; es perfectamente anodino”. La realidad nos muestra que las primeras impresiones sobre el pájaro multicolor de Edelmann no fueron al principio satisfactorias. La opinión general cambiaría una vez adaptado el diseño a un sencillo proceso de tridimensionalización, dando lugar al ave risueña y saltarina, que hoy todos recordamos con cariño y que se convirtió en auténtica bandera de la Exposición Universal sevillana.



    La noche del 22 de abril del mismo año 1989, se recordará como el primer gran espectáculo del certamen. Con la participación del grupo de teatro catalán Els Comediants, que a la postre también idearía la Cabalgata, la mascota Curro se presentaba por fin al público de Sevilla. Como telón de fondo la Plaza de España, espacio escénico principal de la Exposición Iberoamericana de 1929. El acto, destacó por ser “un brillante espectáculo de luz, sonido, láser y escenografía, que quedó empañado por el escaso tamaño de la propia mascota y un final algo desangelado”.[X] Aquella noche primaveral, quedará en la memoria de los cuarenta mil asistentes tanto por el referido tamaño desproporcionado de la mascota, a la que dio vida la actriz Chelo Vivares, como por la presentación del cantante sevillano Kiko Veneno.
        Curro tuvo el honor de ser la primera mascota para una exposición de carácter universal. La mascota fue comercializada en souvenirs, carteles o juguetes, jugando un papel importantísimo en el público infantil. Así mismo, durante los seis meses que duró la celebración del certamen, la mascota estuvo presente en toda clase de actos, realizando diversas animaciones fuera y dentro del recinto expositivo.

      Tras la Expo, el simpático pájaro de cresta y pico de colores, para sorpresa de muchos, volvió a la Isla de la Cartuja para presidir los actos realizados con motivo del 20 Aniversario de la inauguración del certamen.

1 comentario:

Truchipan dijo...

Buen artículo. Que no se olvide la competencia de Curro y la pataleta de Mingote cuando su boceto ni gustó ni funcionó.

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