El Pabellón de las Islas Baleares se encontraba en el antiguo Paseo del Lago, entre los pabellones de Extremadura y de Madrid.
El pabellón consistía en un edificio totalmente acristalado y rodeado de agua, representando la insularidad de Baleares, dando la idea de ser un velero, tanto por las velas que se despliegan en su fachada principal como por la embarcación fondeada en el lago que rodea al pabellón. El edificio dividió su zona expositiva en cinco niveles: tres pisos, planta baja y semisótano.
En la planta baja o principal se encontraban trece salas distribuidas entre el hall, las exposiciones de arte antiguo (Cerámica púnica, bronces prerromanos, Baleares y América, Tesoros de las Baleares...) y las relacionadas con el turismo (Turismo y medio ambiente, Fundación Pilar y Joan Miró, Fiestas populares y personajes en Baleares, Arte contemporáneo en las Islas...). Así mismo, en la primera planta se mostraban los sectores productivos de la región y en la segunda, los centros de negocios y la dirección del pabellón. Finalmente, la tercera planta estaba ocupada por el restaurante, donde se podía disfrutar de una terraza panorámica con vistas al Lago de España y los platos típicos de Baleares.
Los contenidos estuvieron centrados en la relación de las Islas Baleares con el mar, y la vinculación de los marineros y navegantes insulares con el descubrimiento y conquista de América. Así, se hace un recorrido por el pasado de la Comunidad Balear hasta llegar al presente de las islas, el turismo.
A modo de curiosidad, cabe destacar el incidente que se produjo el 20 de febrero de 1992, cuando unos obreros que trabajaban en las obras de construcción del pabellón balear decidieron calentarse haciendo una fogata en un bidón. Debido al reciente incendio del Pabellón de los Descubrimientos, los bomberos se personaron rápidamente al ser alertados por un guarda jurado de un pabellón cercano pero el suceso no pasó de una simple anécdota.
Tras la clausura de la Muestra Universal, el pabellón corrió la misma suerte que el resto de pabellones autonómicos, incluyéndose en el parque temático 'Cartuja. El Parque de los Descubrimientos'. Desde 1993 acogió "Bichomanía": una exposición de la vida animal con ejemplares vivos. Se prepararon tres salas expositivas donde se podían admirar ejemplares de reptiles y anfibios, así como un apiario, una burbuja de mariposas o terrarios con distintas especies de insectos exóticos.
Al igual que la mayoría de pabellones autonómicos, sufrió la ampliación del parque temático Isla Mágica en 1998 y fue derribado ese mismo año.
El pabellón consistía en un edificio totalmente acristalado y rodeado de agua, representando la insularidad de Baleares, dando la idea de ser un velero, tanto por las velas que se despliegan en su fachada principal como por la embarcación fondeada en el lago que rodea al pabellón. El edificio dividió su zona expositiva en cinco niveles: tres pisos, planta baja y semisótano.
En la planta baja o principal se encontraban trece salas distribuidas entre el hall, las exposiciones de arte antiguo (Cerámica púnica, bronces prerromanos, Baleares y América, Tesoros de las Baleares...) y las relacionadas con el turismo (Turismo y medio ambiente, Fundación Pilar y Joan Miró, Fiestas populares y personajes en Baleares, Arte contemporáneo en las Islas...). Así mismo, en la primera planta se mostraban los sectores productivos de la región y en la segunda, los centros de negocios y la dirección del pabellón. Finalmente, la tercera planta estaba ocupada por el restaurante, donde se podía disfrutar de una terraza panorámica con vistas al Lago de España y los platos típicos de Baleares.
Los contenidos estuvieron centrados en la relación de las Islas Baleares con el mar, y la vinculación de los marineros y navegantes insulares con el descubrimiento y conquista de América. Así, se hace un recorrido por el pasado de la Comunidad Balear hasta llegar al presente de las islas, el turismo.
A modo de curiosidad, cabe destacar el incidente que se produjo el 20 de febrero de 1992, cuando unos obreros que trabajaban en las obras de construcción del pabellón balear decidieron calentarse haciendo una fogata en un bidón. Debido al reciente incendio del Pabellón de los Descubrimientos, los bomberos se personaron rápidamente al ser alertados por un guarda jurado de un pabellón cercano pero el suceso no pasó de una simple anécdota.
El pabellón iluminado una noche de 1992 (Segundo desde la izq.) |
Tras la clausura de la Muestra Universal, el pabellón corrió la misma suerte que el resto de pabellones autonómicos, incluyéndose en el parque temático 'Cartuja. El Parque de los Descubrimientos'. Desde 1993 acogió "Bichomanía": una exposición de la vida animal con ejemplares vivos. Se prepararon tres salas expositivas donde se podían admirar ejemplares de reptiles y anfibios, así como un apiario, una burbuja de mariposas o terrarios con distintas especies de insectos exóticos.
Al igual que la mayoría de pabellones autonómicos, sufrió la ampliación del parque temático Isla Mágica en 1998 y fue derribado ese mismo año.
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