Desde hace más de un lustro, un viernes de principios de
Octubre tenemos cita obligada con la cultura en nuestra ciudad. Gracias a la
iniciativa de la Asociación Sevillasemueve, y siempre con el apoyo del
consistorio, podemos disfrutar cada año de una nueva edición de "La Noche en Blanco". Durante el horario nocturno estamos obligados a hacer acto de presencia en las
innumerables ofertas culturales (muchas gratuitas) que nos ofrece el amplio
programa de la iniciativa: desde la apertura de espacios escénicos y museos a
la realización de un amplio abanico de rutas urbanas para conocer la riquísima
historia de nuestra ciudad.
La edición de 2016 ha sido muy especial para nuestra "Asociación Cultural Sevilla Exposición Universal", ya que hemos formado
parte del programa por primera vez. Queríamos introducir un recorrido especial,
que atrajera la atención de los sevillanos, por ello decidimos incluir la ruta “La
Sevilla del 29: Visita a la Plaza de España”, coincidiendo también con el Día de la Hispanidad (12 Octubre). Dar a conocer la megalómana
construcción de la Exposición Iberoamericana de 1929 en esta noche tan especial ha sido todo un placer para nosotros.
El recorrido, que tuvo como inicio el Pabellón de Portugal,
nos permitió acercarnos de primera mano a la arquitectura e historia de
espacios como la Glorieta de San Diego, el muy transformado Pabellón de la
Información (hoy Restaurante La Raza), o los desaparecidos edificios de Macao o
Quinta de Goya (ambos efímeros).
La plaza de Aníbal González, que nos esperaba al final del
trayecto, fue tratada con respecto tres puntos fundamentales: historia de su
edificación, estilo arquitectónico y contenidos (hoy día desaparecidos).
El estilo ecléctico de la construcción reúne numerosos detalles. Cientos de metros de paño cerámico, columnas trabajadas en ebanistería, puentes ornamentados y una mezcla de reminiscencias arquitectónicas del Barroco y Renacimiento en sus torres y cuerpo principal. Sin duda una joya.
El estilo ecléctico de la construcción reúne numerosos detalles. Cientos de metros de paño cerámico, columnas trabajadas en ebanistería, puentes ornamentados y una mezcla de reminiscencias arquitectónicas del Barroco y Renacimiento en sus torres y cuerpo principal. Sin duda una joya.
Queremos agradecer desde aquí a D. Juan José Cabrero Nieves,
incansable investigador del certamen de 1929, y que nos guía incondicionalmente
en todas nuestras visitas. Damos las gracias igualmente al cuantioso público
asistente a nuestra actividad. ¡Nos vemos en la próxima!
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