La Expo-Noche

El borde del Lago de España se convertía en el epicentro de la Expo-noche

Durante los seis meses que duró la Muestra Universal, coexistieron dos Expos: la primera, la Expo diurna, la de las largas colas en los pabellones, la cabalgata de Els Comediants y el micro-clima en cada plaza y avenida y una Expo nocturna, más desconocida y mágica que comenzaba a la clausura de los pabellones.

La conocida como Expo-noche comenzaba a las 8 de la tarde y se alargaba hasta las 4 de la madrugada. Para ello, los visitantes tenían la opción de adquirir una entrada de noche por unas 1.000 pesetas o el pase de noche para los seis meses que ascendía a 10.000 pesetas de la época.

A la caída del sol, la Isla de la Cartuja se presentaba como una alternativa al ocio sevillano donde se concentraban todo tipo de actividades: discotecas, música al aire libre, pasacalles, espectáculos... todo tenía cabida en esta Expo.

El karaoke era la atracción principal del Kangaroo

La oferta de locales de ocio era de lo más variada, desde el mítico Kangaroo Pub donde se aunaban música en directo y comida durante toda la noche hasta un típico salón del salvaje oeste en el Saloon, pasando por el Old El Paso, la Caseta de Feria o el Rincón Andaluz.

Entre las discotecas destacaban Gente Guapa, a la orilla del canal, Diez y 7 junto al Lago de España; La Recua que se trasladaba desde el centro de la ciudad a la Cartuja; la Descubriteca en los bajos del pabellón de los Descubrimientos o la plataforma flotante montada en el río junto al Discovery por la discoteca más famosa del momento: Pachá.

Sin duda, el protagonista de la noche sevillana fue el espectáculo del Lago: un despliegue de innovadores proyecciones sobre pantallas de agua, fuegos artificiales y medios técnicos que lo convirtieron en un éxito constante durante los seis meses que duró la Exposición.

La movida sevillana se concentraba en el Canal de los Descubrimientos

Para los más nocturnos, la Plaza Sony ofrecía un sin fin de conciertos en directo junto a la gran pantalla Jumbotron. Por ella pasaron artistas tan variopintos como Martika, Luis Miguel, Amistades Peligrosas, Celtas Cortos, Cantores de Hispalis y, en general, todo el panorama musical español del momento.

El último espectáculo del Lago fue visto
por 100.000 personas

La noche en la Expo estaba de moda. La posibilidad de comer a cualquier hora del día y la gran cantidad de ofertas de ocio existentes hicieron mella en la restauración al otro lado del río, que veía disminuir su clientela y se veía obligada a abrir cada vez más pronto.

El Palenque, aquella carpa con capacidad para 1.500 espectadores reunía durante la noche conciertos, los ritmos latinos del momento y todo tipo de espectáculos para convertirse a partir de la una de la madrugada en una gran sala de baile.

A partir de las 4 de la madrugada se desalojaba la Expo. El equipo de mantenimiento y limpieza tenía un margen de apenas cinco horas para reacondicionar el recinto para el siguiente día: la Expo-noche daba paso al día.

Discoteca "Diez y 7" junto al Lago de España


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