El pabellón de Papúa Nueva Guinea se encontraba situado en el Camino de las Acacias, actual calle Leonardo Da Vinci y se emplazaba entre los pabellones de Sri Lanka y de Sudáfrica.
Tras su participación conjunta con las Islas del Pacífico Sur en Brisbane 88, la última Exposición Universal antes de la de Sevilla, Papúa Nueva Guinea vio en Expo'92 la oportunidad perfecta de mostrarse al mundo, estando finalmente presente en dos pabellones: el suyo propio y el de las Islas del Pacífico Sur.
El pabellón de Papúa Nueva Guinea se levantó sobre una parcela de 1.200 metros cuadrados y representaba una casa típica del país llamada "Haus Tambaran" o casa de los espíritus. En su interior destacaban una gruta y una cascada de 12 metros que reproducía el espacio natural de esta isla del Pacífico.
En el exterior, las dos fachadas mostraban murales multicolor de pintores actuales y en la fachada principal se representaba un espíritu sostenido por aborígenes, todo ello coronado por el ave del paraíso: símbolo del país que también formaba parte del logo del pabellón.
En el interior y mediante una película de 10 minutos de duración, se mostraba al visitante el sector agrícola del país: la industria del cacao, el caucho o las plantaciones de té. Varias vitrinas dispuestas por el pabellón contenían objetos representativos de la zona: un "bilum" o bolsa tradicional de hilo, collares de concha, etc.
El sector de la minería también estaba presente mediante stands donde se podían encontrar muestras de elementos como el oro, la plata, el cobre o el petróleo.
Tras el incendio que acabó con el pabellón de las Islas del Pacífico Sur el Viernes Santo de 1992, acogió parte de la exposición y sus contenidos, además de compartir su escenario para representar las actuaciones que estaban programadas.
Tras el cierre de la Muestra Universal se procedió a su demolición, quedando libre su parcela a principios del años 1993.
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