El sábado día 23 de abril, la “Asociación Sevilla Exposición
Universal” inauguraba el programa Pasaporte29, dedicado a las rutas para
conocer el recinto de la Exposición Iberoamericana. El recorrido, fijado para
las 11.30 horas, nos ha permitido disfrutar de las construcciones levantadas
con motivo del certamen en los antiguos jardines del Palacio de San Telmo. En
esta ocasión, hemos contado con la presencia del investigador Juan José Cabrero
Nieves, autor del libro “Los pabellones de la Exposición Iberoamericana y el
parque de María Luisa”, así mismo, también es artífice del único blog dedicado al certamen de 1929
que existe hasta el momento, con abundante material gráfico e información
inédita.
El punto de partida fue el Pabellón de Sevilla, más conocido como Casino de la Exposición, una obra faraónica proyectada en un inicio por Aníbal González, pero que al final diseñaría su arquitecto sustituto, Vicente Traver Tomás, levantándolo en estilo barroco con reminiscencias levantinas. Un edificio que sobresale por su sobrecargada ornamentación, mobiliario y teatro anexo.
Tras una breve parada en el teatro Lope de Vega, y pabellón de
la Sociedad La Madrina, o Casino de los socios, continuamos el recorrido
mostrando los cuatro pabellones internacionales levantados en este sector. El
de Chile, actual Escuela de Artes aplicadas, formado por cuerpos
arquitectónicos a distintos niveles, emulando la orografía andina, es el único
de los edificios sin casi referencias indigenistas en su fisonomía, optando por
un diseño totalmente original, del cual destaca su imponente torre de tonos
rojizos.
La República de Perú encargaría al arquitecto Piqueras Cotolí
un inmueble que probablemente, junto con el de México, sea de los pabellones
mas ricos en cuanto a estilo levantados en la muestra. Su diseño “neoperuano”,
acopla a la perfección reminiscencias barrocas e indigenistas, tomando modelos
de las culturas prehispánicas, fauna, o elementos heráldicos de la historia del
país andino.
Por último, los pabellones de Uruguay o Estados Unidos de Norteamérica
(solo permanece en pie el edificio gubernamental), de menor valor artístico,
muestran en su arquitectura detalles del renacimiento italiano, y del
neocaliforniano del suroeste de Estados Unidos, respectivamente.
La visita concluía junto al edificio conocido como “Costurero
de la Reina”, un pabellón de estilo neomudéjar, levantado en los jardines del
Duque de Montpensier, que cuenta con alguna que otra curiosa leyenda.
¡Esperamos veros pronto de nuevo!
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