Arquitecto: Michel Pinseau
Superficie de la parcela: 5005 metros cuadrados
Superficie construida: 5482 metros cuadrados
Altura máxima: 18 metros
Casi 600 artesanos trabajaron en la construcción del pabellón |
El Pabellón de Marruecos está situado en la calle Charles Darwin, denominada como Avenida 5 o de los Arces durante la celebración de la Exposición Universal. Se encuentra en la esquina con el Camino de los Descubrimientos y junto a la estación intermedia del telecabina.
El patio abierto en 1992 |
En su interior, un gran patio octogonal con una fuente con fondo de vidrio que permite ver la planta inferior era el protagonista del pabellón. A través de él, el visitante podía acceder a cualquier planta del edificio. Sobre este, se observaba el "Kouba", el techo móvil en forma de cúpula que se abría desplazándose hacia uno de sus lados para albergar en el interior del patio distintos espectáculos.
Aproximadamente seiscientos artesanos marroquíes esculpieron y dieron forma los riquísimos detalles del pabellón: enrejados de listones de madera para ventanas y balcones, mosaicos compuestos por pequeñas teselas talladas a mano, motivos decorativos geométricos o florales pintados sobre madera, yeso cincelado, murales realizados con arena, cal, huevos y jabón negro, entre otros.
El pabellón en 1992 (Sup.) y en 2015 (Inf.) |
En la última planta del edificio se situaba "La Mamounia", el restaurante del pabellón, que destacaba por su gastronomía típica y su decoración, además de poder disfrutar de las vistas desde la terraza superior.
Por último, el visitante podía acceder a la sala de cine del pabellón, con capacidad para 170 personas, donde se proyectaba una película de 11 minutos de duración sobre la vida en Marruecos.
En su exterior, destacaba un pórtico enmarcado con láminas de agua que daba entrada a los llamados jardines andaluces, por donde se prolongaban en acequias de mármol, siguiendo la tradición marroquí.
Tras la clausura de la Muestra Universal, la Junta de Andalucía solicitó el indulto para el pabellón, con el fin de convertirlo en sede de la recién creada Empresa Pública de Turismo. El pabellón, finalmente se libró de la demolición pero las limitaciones del gobierno marroquí, que quería crear allí un centro de interrelación entre cristianos, árabes y judíos, hicieron que ningún proyecto saliera adelante.
En la actualidad, este pabellón, uno de los más bellos que perduran en la Isla de la Cartuja, es sede desde 1998 de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, una organización que promueve el encuentro entre pueblos y culturas del Mediterráneo.
Este es, además, otro de los pabellones que no han sufrido remodelaciones considerables después de Expo'92.
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